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28/4/22

TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN EN EDUCACIÓN SOCIAL. CONDICIONAMIENTO OPERANTE: REFORZAMIENTO DIFERENCIAL, CASTIGOS, SOBRECORRECIÓN Y EXTINCIÓN.

    ¡HOLA EDUSOS!

    En las dos últimas entradas anteriores hablamos de las técnicas del condicionamiento operante más vistas para adquirir, incrementar o desarrollar conductas.

    En Educación Social, el cumplimiento de las normas, las sanciones, consecuencias y/o recompensas se apoyan claramente en el enfoque conductual. Su utilización destaca entre los colectivos propios de los recursos de acogido o internamiento, es decir, en los centros de menores, pisos tutelados, etc.

    Se consideran técnicas para la reducción o eliminación de conductas:

  • las técnicas positivas para reducir conductas,
  • las técnicas de castigo y,
  • otras técnicas aversivas.

    Hoy veremos las técnicas más usadas para reducir o eliminar conductas dentro de cada categoría mencionada anteriormente.

TÉCNICAS POSITIVAS PARA REDUCIR CONDUCTAS.

REFORZAMEINTO DIFERENCIAL.

    Consiste en evitar reforzar la conducta que queremos reducir o eliminar, y reforzar otras conductas deseadas. Se basa en el reforzamiento positivo, esto conlleva que sean mejor aceptadas por los usuarios a las que se aplican, evitando los posibles efectos secundarios del procedimiento.

    Existen tres técnicas básicas de reforzamiento diferencial: reforzamiento diferencial de tasas bajas (RTB), reforzamiento diferencial de otras conductas (RDO), reforzamiento diferencial de conducta incompatible (RDI). En este caso, voy a explicar el RTB, debido a que es el más usual:

Reforzamiento diferencial de tasas bajas (RTB):
    Consiste en otorgar el reforzador cuando existe una reducción de una conducta indeseada. Como consecuencia, la conducta disminuye. 
    Por ejemplo: cuando un menor dice muchas palabrotas, es recomendable aplicar un reforzador cuando el menor durante un periodo de tiempo no dice ninguna palabrota.

Reforzamiento diferencial. Fuente: propia

TÉCNICAS DE CASTIGO.

CASTIGO.

    Supone administrar un estímulo desagradable para el menor, ante una conducta inadecuada del niño/as seguido una consecuencia inmediata. Tiene como objetivo reducir la probabilidad de que se produzca una conducta inadecuada de nuevo. 

    Cuando hablamos de castigo nos viene a la cabeza prácticas educativas de otros tiempos, como el castigo físico. Es importante destacar que el castigo físico es una práctica ilegal en España.

    Se puede distinguir dos tipos de castigos:

  • Castigo positivo: presentación un estímulo que no agrada al individuo, tras la conducta inadecuada del niño/as. 
    Por ejemplo: un grito, fregar los platos por llegar tarde a la cena, desaprobar los comentarios racistas de una persona, etc.
  • Castigo negativo: retirada un estímulo que le agrada, tras la conducta inadecuada del niño/a.
    Por ejemplo: no ha llevado las tareas de clases al día, añadirle 30 minutos más de estudio diario; no ha hecho la cama por la mañana, añadirle el próximo día hacer la de su hermana, etc.

El castigo puede tener efectos colaterales:

- Reacciones emocionales como rabia, llanto, ira, miedo, etc.

- Agresión por la intolerancia del castigo.

- Escape de la situación y/o evitación de la persona que lo administra.

    Para que el castigo funcione es necesario: en primer lugar, que exista una contingencia temporal, es decir, que la consecuencia sea administrada inmediatamente después de producirse la conducta, dejando claro el porqué; y en segundo lugar, que exista constancia, es decir, cuando reforzamos una conducta podemos hacerlo siempre o con frecuencia, sin embargo, el castigo debemos aplicarlo siempre que se presente dicha conducta.

    En mi opinión, considero que antes de aplicar el castigo es necesario haber intentado otras técnicas de intervención, como la extinción, sobrecorreción (que explicaré a continuación), intentar razonar con el menor de esa conducta inadecuada o aplicar un reforzador a una conducta alternativa.

Castigo. Fuente: propia

SOBRECORRECIÓN.

    Consiste en una penalización o sanción ante una conducta o acción no adecuada por el niño/a. Es importante no confundirlo con el castigo. 

    La sobrecorrreción tiene dos componentes básicos: en primer lugar, la restitución, se basa en corregir aquello negativo que haya causado la conducta; y en segundo lugar, la práctica positiva, consiste en la ejecución repetida o duradera de la conducta adecuada.

    Por ejemplo: cuando un menor causa un desperfecto en la inmobiliaria del hogar, la restitución consistiría en pagar los daños causados, y la práctica positiva podría ser arreglar otros inmuebles durante un periodo de tiempo establecido.

Sobrecorreción. Fuente: propia

OTRAS TÉCNICAS AVERSIVAS PARA REDUCIR CONDUCTAS.

EXTINCIÓN.

    Consiste en dejar de reforzar una conducta previamente reforzada, para conseguir que el individuo deje de emitir o disminuya dicha conducta. 

    Por ejemplo: un menor suele hacer comentarios bochornosos y los demás se ríen. Un día las bromas de este menor dejan de hacer gracia a los demás compañeros. En ausencia de ese refuerzo positivo (las risas de los compañeros), el menor dejará de emitir los comentarios en clases.

Extinción. Fuente: propia

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    Bajo mi punto de vista, considero que el control de comportamientos a través de estás técnicas de intervención, además de ser necesario tener un conocimiento profundo sobre ellas, no puede haber un único modelo de intervención en los centros. ni tampoco uno de ellos más importante. Es prioritario abordar diferentes técnicas, que incluyan los aspectos emocionales y cognitivos que producen las conductas.

    Y aquí pongo fin a las técnicas de intervención en Educación Social.

Espero que os haya gustado y os sean útiles, 

un saludo.

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Toda la información compartida sobre técnicas de condicionamiento operante se ha extraído del «Manual de Técnicas operantes» de Arturo Bados y Eugeni García-Grau, del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos Facultad de Psicología, Universidad de Barcelona.

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